UN PRESUPUESTO AJUSTADO A LA REALIDAD DEL PAÍS
Esta semana, el gobernador de Puerto Rico le presentó al país un presupuesto de gastos ordinarios menor al del año pasado. El presupuesto propuesto para el año fiscal 2016-2017 es de $9,100 millones con una reducción de $700 millones, al compararlo con el presupuesto original que se aprobó el año pasado y $192 millones menos que el presupuesto actual ajustado.
Con este presupuesto, nuestra administración está demostrando que somos capaces de hacer más con menos. Que aunque hemos tenido momentos difíciles a causa de la irresponsabilidad administrativa de otros, hemos actuado con seriedad y hemos atendido responsablemente los asuntos económicos de mayor relevancia.
Por lo tanto, no reduce los presupuestos de salud, educación, seguridad pública, agricultura y bienestar social, ni la fórmula por la que reciben sus ingresos la Universidad de Puerto Rico, la Judicatura y los municipios.
Este presupuesto está basado en una proyección real de recaudos e incluye una reducción en los gastos operacionales del gobierno por casi $3,000 millones, comparado con el gasto del último presupuesto de la pasada administración. Además, anticipa los recursos con los que cuenta el Estado Libre Asociado, con el fin de salvaguardar la prestación de los servicios esenciales sobre los próximos pagos de la deuda. En este nuevo presupuesto no hay déficits y está propuesto de forma responsable, con sensibilidad humana y compromiso con la recuperación económica de nuestro país.
Es importante destacar, que el gobernador ha presentado un presupuesto que evade las nocivas prácticas de continuar aumentando la deuda pública, sin fuentes de repago y no propone ninguna medida de recaudo adicional que le aumente la carga contributiva al pueblo.
Como sabes, ante la inacción del Congreso para lograr un acuerdo de reestructuración de la deuda con los acreedores, hemos tenido que tomar medidas extraordinarias para asegurar el flujo de efectivo a largo plazo, y así poder cumplir con la prestación de servicios esenciales a nuestro pueblo. No hay dinero suficiente para pagarlo todo y no vamos a pagar más de lo que es justo.
Ya no es posible aumentar la deuda pública porque dependemos exclusivamente del dinero que recauda el Departamento de Hacienda. Por esto, insistimos en nuestro reclamo al Congreso de una acción justa hacia Puerto Rico que nos permita reestructurar la deuda y nos permita trabajar en casa nuestros problemas.
Estamos demostrando buena fe con los acreedores y que sabemos identificar las necesidades reales del pueblo, sin tener que tomar medidas drásticas como el despido de personal en áreas esenciales como la salud y seguridad.