Es comprensible la oposición de un sector de la población en contra a la Junta de Control Fiscal. Resulta incómodo que un ente federal no elegido por los puertorriqueños, se establezca sobre el gobierno de Puerto Rico por un término de tiempo no establecido, para regir el manejo fiscal del ejecutivo.
Pero es meritorio aclarar que quien trajo la Junta fue el propio Partido Popular; que con sus pobres políticas fiscales aumentaron el déficit, subieron la deuda, agrandaron el gobierno y empobrecieron a los puertorriqueños. A la vez que manejaban mal los fondos del gobierno, te aumentaron la luz, te aumentaron el agua y hoy día pagamos la gasolina más cara por el golpe de dos cruditas que no han logrado el fin inicial de darle un respiro económico a ACAA.
Pudieron haber tomado medidas fiscales efectivas, pero se apoyaron de el “me vale” provocando la incomodidad de las casas acreditadoras, las cuales nos tiraron a chatarra. Aparte de todo esto, lo más sorprendente es que no han establecido un plan fiscal saludable e inteligente que resuelva el caos que impera en la isla; lo que ha provocado que miles de nuestros hermanos se muden a los estados de la nación estadounidense.
Hay incertidumbre, preocupación, y aun así el gobierno popular reclama acción para resolver la crisis fiscal. Si fuera así, no fuese necesaria la Junta de Control Fiscal. Esta Junta es traída por el PPD de García Padilla y David Bernier, única y exclusivamente.
No sabemos por cuanto tiempo estará este ente fiscal sobre nuestro gobierno. Lo cierto es que contrario a creer que quien la impulso fue el Congreso, es urgente sostener que quien la trajo fue el Partido Popular. Eso estará en la mente de los electores el 8 de noviembre.