En Francia y en Rusia ahora se escucha la lírica del jíbaro puertorriqueño en la voz de Francisco ‘Cholo’ Rosario, un trovador cuya mirada transparente y humilde refleja décadas de la historia musical puertorriqueña. Para el trovador, aunque que el himno de Puerto Rico hay que respetarlo ya hace falta otros himnos nacionales con los que se pueda llegar a las nuevas generaciones con un mensaje moderno que retrate la identidad puetorriqueña. Yentiende que se logró.
Y es que Cholo unió su lírica típica junto al rapero boricua René Pérez para cantar el coro de la canción Hijos del Cañaveral, tema que revuelca los sentimientos de lo que es ser puertorriqueños en el nuevo disco, titulado Residente.
“Me dio alegría grabar esa canción patriótica, y ha sido todo un éxito porque ha cogido viaje por ahí pa’bajo”, expresa Rosario de la invitación que le hiciera sorpresivamente el artista quien ha obtenido 25 premios Grammy.
El proceso comenzó con una llamada de René para invitarlo a grabar, relata el trovador. Luego, surgió una amistad cordial con el cantautor. Recuerda que René le dijo. “Tú eres la voz que yo necesito. Representas el jíbaro”, y así fueron colaborando, sugiriendo palabras de monte adentro hasta que salió su lírica autóctona contemporánea, como describe Rosario su participación en los Hijos del Cañaveral.
Aunque, Rosario cuenta con más de 30 grabaciones de música típica en su trayectoria le extrañó cuando una vecina le llamó para decirle que lo estaba oyendo en una estación FM. Así fue que escuchó por primera vez la canción, que según él es una definición moderna de las costumbres puertorriqueñas.
“Hijos del cañaveral
Nunca se nos cae la pava
Esta raza siempre es brava
Aunque sople el temporal
Pa' que sientas el calibre
De un caballo sin jinete
Mira como corre libre
Se refleja en el machete”
“Se evolucionó para llegar al pueblo y retratar la identidad del puertorriqueño”, abunda el trovador de este proceso creativo junto al rapero.
Además de componer décimas, Rosario a sus 64 años disfruta su retiro en su finca en Vega Baja donde machete en mano y con su pava se inspira para componer cada vez que puede. Además, organiza maratones y canta en el grupo Resaca Taína, de Utuado. “Me gusta cultivar porque uno tiene que conocer la tierra de uno. Además, en la finca me sube la musa”, dice. Allí, además de cosechar plátanos y frutos menores, nacen los versos que inspiran a la nueva cepa de trovadores.
“La música típica tiene un auge grande. Hay semilla de jóvenes que se están cultivando y participando de muchos concursos. Ellos son los que llevarán la batuta de esta música”, dice satisfecho con la aceptación del pueblo con los Hijos del Cañaveral.
(Chayanne Mata colaboró con esta historia)