TENEMOS QUE GARANTIZAR LOS SERVICIOS BÁSICOS PARA NUESTRA GENTE
Sin duda, la situación que enfrentamos es difícil y exige actuar con responsabilidad y sensibilidad, para garantizar los servicios básicos de nuestra gente. La crisis cada día se hace más profunda, y no es que esté próxima a llegar, sino que ya la enfrentamos y tenemos que tomar acción urgente.
En un país donde más del 40% de la población vive bajo los niveles de pobreza, no podemos pasarle los problemas a otros, pues la situación podría ser peor. Tenemos que meterle el pecho como lo hemos estado haciendo bajo nuestra administración.
Sin duda, la decisión que hemos tenido de frente es escoger entre pagar la deuda o garantizar los servicios de los ciudadanos. No vamos a dudar ni por un segundo en garantizar los servicios. Vivimos en un país donde la mayoría de los niños reciben su educación en escuelas públicas, la mitad de la población recibe del gobierno su cubierta de servicios médicos y medicinas, el gobierno es el único proveedor de cuidado médico terciario; el Centro Médico es la única instalación de salud que provee servicios a pacientes con traumas múltiples.
En este panorama y ante esta realidad, lo cierto es que no contamos con el dinero suficiente para pagar todos los servicios y a la vez pagarles a los acreedores. Y el Congreso de los Estados Unidos no ha tomado acción para darnos las herramientas que necesitamos.
Para entender de manera práctica lo que hemos tenido que hacer con los pocos recursos que tenemos, es cumplir con el pago de gasolina para las patrullas de policías y los carros de bomberos y para el pago de los servicios que necesitan los estudiantes de educación especial.
Sin embargo, nuestros opositores son poderosos y han lanzado una campaña de discrimen racial, mentiras y faltas de respeto en contra de un proceso justo de reestructuración. Los Estados Unidos nos excluyó injustamente del uso del Capítulo 9 del Código Federal de Quiebras hace 30 años. Y hoy lo que solicitamos es que nos provean los recursos para reestructurar nuestra deuda, pues a pesar de las medidas abarcadoras y sin precedentes tomadas por esta administración, la crisis fiscal y humanitaria que enfrenta el Estado Libre Asociado se ha intensificado.
Me uno al llamado de unidad lanzado por el gobernador, para lograr resultados positivos. Mientras seguimos trabajando para negociar con nuestros acreedores, colocamos a nuestra gente como prioridad. Y como lo expresó el propio gobernador, ante la falta de liquidez, nuestra administración ha decidido anteponer las necesidades básicas de los puertorriqueños por encima de cualquier otro asunto.