SOLO UNA EXCUSA PARA ESCONDER SU FRACASO
Escuchar al comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, admitir que no tiene ningún logro en el Congreso por no tener derecho al voto, es solo una excusa para justificar su fracaso.
Lo cierto es que a través de la historia, los comisionados residentes han podido destacar su obra a pesar de tener las mismas o más limitaciones que Pierluisi. Hoy día existen muchos más recursos que en el pasado, y aún así, el actual comisionado residente no puede señalar ni un logro a favor de Puerto Rico.
En este espacio demostraré con evidencia que la falta de voto en el Congreso es una excusa de Pierluisi para esconder su fracaso.
En el 1902 el primer comisionado residente, Federico Degetau consiguió que se le permitiera la entrada al hemiciclo, aunque no podía pertenecer a comité cameral alguno. Ya para el 1904, se nombró a Degetau miembro del Comité de Asuntos Insulares, que atendía los asuntos de Puerto Rico. Luego, don Luis Muñoz Rivera dio la batalla para lograr los cambios a la ley federal que culminaron en la ley Jones.
En el 1932, Santiago Iglesias Pantín, sin derecho al voto en el Congreso, logró que la Isla tuviera los mismos derechos que los estados en leyes como la Ley Federal de Carreteras, se financió el desarrollo de la experimentación agrícola y Puerto Rico fue incluido en la Ley de Control de los Suburbios para ayudar a reducir la infección de malaria.
Otro de los comisionados residentes exitosos fue Jesús T. Piñero, quien realizó una labor tan destacada que fue el primer puertorriqueño nombrado gobernador de Puerto Rico. Así también tenemos que destacar el trabajo de Fernós Isern, quien fue comisionado por 19 años, y logró uno de los pasos más importantes en la democracia de la Isla, con la Ley 600, Ley de Gobernanza Electiva en el 1947. Además, sin voto en el Congreso, gestionó la aprobación de la Constitución en el 1952.
Por su parte, Jorge Luis Córdova Díaz, logró que en el 1970 se enmendaran las reglas de la Cámara y se le concediera la facultad de votar en los comités congresionales, y abogó también por los derechos de Guam e Islas Vírgenes. Y en tiempos más recientes, Jaime Fuster, entre los años 1985 y 1992, presidió el Caucus Hispano en la Cámara de Representantes Federal. En fin, esto es un resumen de los logros de comisionados residentes que sin derecho al voto, no utilizaron eso como excusa, pues fue evidente que obtuvieron resultados positivos para Puerto Rico.