Tenemos que admitirlo: los fondos buitres nos derrotaron en Washington. También lo hicieron ante el Congreso y ante el Tribunal Supremo de los EEUU. Incluso hicieron que Obama nos diera un ultimatum como presidente: “O PROMESA (proyecto de ley que creará la Junta de Control Fiscal) o nada”.
Sólo resta lo inevitable: que el Senado de los EEUU apruebe a PROMESA (seguramente sin enmiendas) para que durante las próximas horas el presidente Obama lo firme y la vida económica de los puertorriqueños cambie de forma marcada durante los próximos años.
Los cambios serán muchos y sustanciales, tanto en el ámbito político como en el macro-económico: se venderán autopistas las cuales ahora no requieren el pago de peaje para su uso; se privatizarán agencias y corporaciones públicas con el consabido despido de miles de empleados públicos y privados por su efecto cascada.
Luego vendrá el aumento en contribuciones y arbitrios. El diesel y el gas propano ya deben estar en la mirilla; el aumento en la factura eléctrica es una estocada anunciada y aprobada. Por el agua pagamos lo que básicamente se le antoje cobrarnos a la AAA.
Y no se olviden de la retasación de las propiedades inmuebles y la revisión de las tasas contributivas por el CRIM. En fin: nuestros bolsillos se seguirán empobreciendo con pocas posibilidades -o ninguna- de aumentar tus ingresos.
Ante este cuadro patentemente inevitable, ¿qué hacer? Evidentemente tenemos que comenzar por cortar en los gastos superfluos. Necesitamos aterrizar y comenzar a movernos a una economía a base de efectivo en vez de crédito. También necesitamos ser más responsables con el pago a tiempo de nuestras contribuciones sobre ingreso, IVA, B2B, entre otros porque Hacienda no va a cometer el error de desatender a los deudores morosos.
Hacienda no puede darse ese lujo. Debemos también pagar nuestras deudas estableciendo prioridades: contribuciones al gobierno, servicios de agua y luz, hipoteca, automóvil y servicios de internet y celular. (En el 2016 ambos servicios son tan indispensables como el agua.)
Si tienes deudas, las cuales no puedes pagar, debes tratar de renegociar sus términos con tus acreedores, preferiblemente representado por un profesional en el campo del manejo de deudas e insolvencia. En caso de que nada de eso te funcione, no debes descartar orientarte sobre las protecciones que te brinda el Código de Quiebras.
Entre las mismas puedo adelantarte: tu pensión de seguro social, de veterano, tus cuentas IRA, plan Keogh, 401k o sección 165; la totalidad del equity de tu residencia principal, gran parte y hasta la totalidad del equity de tu auto, tus muebles, tus prendas e incluso, hasta podrían estar exentos tu jet ski. (11 USC 522(d)(10).
Por último, me tomo el atrevimiento de advertirte sobre los peores errores que puedes cometer para manejar tu insolvencia. Estos son: rehipotecar tu casa para pagar deudas no aseguradas, empeñar el título de tu auto pagando intereses de hasta 240% al año, retirar los fondos de tus planes de retiro o peor aún, tomar prestado de ellos.
Tampoco debes sacar dinero de una tarjeta para pagar otras deudas, y mucho menos apostarle a la lotería, los casinos o a los caballos como método para incrementar tus ingresos de manera fantasiosa.
Conclusión: Nada será como antes. Vivimos una encrucijada histórica la cual nos empuja a sobrevivir los esfuerzos sistemáticos y efectivos de los fondos buitres para cobrar sus ganancias cuando invirtieron en fondos chatarra. Como colectivo, como territorio colonial, no tenemos herramientas legales ninguna; sólo pagar.
Sin embargo, como individuos, en caso de insolvencia bonafide, siempre tendremos a nuestro alcance las protecciones del Código de Quiebras, entre otras leyes aplicables fuera del mismo.
El autor es abogado y agente de alivio de deudas. Puede contactarlo para una evaluación libre de costo al o a su correo electrónico .